domingo, 31 de marzo de 2013

EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO

Faena agrícola en la sierra peruana
ARGUMENTO:

El mundo es ancho y ajeno relata la vida de la comunidad de Rumi, ubicada entre las altas montañas de la Cordillera de los Andes, en el departamento La Libertad. Los indígenas que integran esa comunidad, encabezados por el alcalde Rosendo Maqui, se defienden de un déspota hacendado, don Álvaro Amenábar, quien, amparado por jueces corruptos y testigos falsos, quiere arrebatarle sus tierras para expandir su ya inmensa propiedad. Pero lo que en realidad más apetecía el hacendado era convertir a los comuneros en peones para que laboraran en una mina de su propiedad cercana a Rumi. Las tierras de cultivo tenían para él un valor secundario.
Debido a ello la comunidad de Rumi se encuentra permanentemente acechada por el despojo; cuando esto al fin sucede, los comuneros se trasladan a las alturas de Yanañahui, tierras pedregosas y de clima inhóspito, de escasa productividad, pero que al menos les permite mantener viva la comunidad. No obstante, muchos comuneros huyen en busca de un futuro mejor y se emplean en diversas partes del Perú, viviendo experiencias muy duras y hasta fatídicas. Varios capítulos de la obra se dedican a relatar las peripecias de algunos de estos comuneros, como Amadeo Illas, Calixto Páucar, Augusto Maqui, Demetrio Sumallacta y Juan Medrano.
Empero, las agresiones del hacendado continúan. Los comuneros, guiados por un abogado indigenista, apelan ante la Corte Superior para recuperar sus tierras, pero el expediente del juicio es robado por hombres contratados por Amenábar y termina en la hoguera. Algunos comuneros se unen a la banda del Fiero Vásquez, famoso ladrón, y se vengan a su manera de la gente de Amenábar. Rosendo Maqui es acusado de ladrón de ganado, de incitador de la violencia y de dar refugio a bandidos, entre ellos al Fiero Vásquez. El viejo alcalde es encarcelado y muere en su celda tras ser golpeado por los guardias.
Los años transcurren y una nueva perspectiva para la comunidad se abre con la llegada de Benito Castro, un antiguo residente de Rumi, hijo adoptivo de Rosendo, que retornaba tras 16 años de ausencia. Benito, que ha recorrido el país viendo las injusticias, y que además ha aprendido a leer y escribir, trae las ideas de la modernidad a la comunidad, la cual según su punto de vista debía abandonar supersticiones e ideas anticuadas que constreñían su desarrollo, aunque conservando lo mejor de ella, como era la ayuda comunitaria. Es elegido Alcalde y bajo su dirección, la comunidad, con sede en Yanañahui, resurge y empieza a prosperar.
Sin embargo, ante un segundo juicio de linderos interpuesto por el ambicioso Amenábar, los comuneros, por instigación de Benito, se levantan en armas para evitar el despojo. La sublevación es brutalmente reprimida por la guardia civil, aliada con los caporales de Amenábar. Los comuneros rebeldes son aniquilados uno tras otro cayendo bajo el fuego de la ametralladora. La comunidad desaparece así.

ESCENARIOS

El caserío de Rumi, comunidad arquetípica de los Andes, se ubica en la sierra del norte del Perú. Está situado entre el arroyo Lombriz (que era el límite con la Hacienda de Umay, propiedad de don Álvaro Amenábar) y la quebrada de Rumi (donde partía la acequia que alimentaba de agua al poblado). Posee tierras muy fértiles donde se cultiva el maíz y el trigo. De otro lado, los guardianes tutelares de la comunidad son el cerro Rumi y el cerro El Alto. Estos cerros agrestes rodean la llanura de Yanañahui frente a la cual está la laguna del mismo nombre. Dicha pampa solía estar cubierta de agua en invierno, por lo que le hacía inapta para el cultivo; este era solo posible en las faldas de los cerros, pero solo de productos de altura y de baja calidad: quinua, papas,...
Pero Rumi, si bien es el principal escenario de los hechos, no es el único. En realidad la novela abarca múltiples escenarios: prácticamente están representadas todas las regiones o altitudes de la agreste y variada geografía del Perú, desde la costa hasta la selva.

ÉPOCA:

Los sucesos de la novela se desarrollan entre los años 1912 y 1929, aunque en el primer capítulo el autor hace algunas regresiones a las dos últimas décadas del siglo XIX, relatándose algunos episodios de la historia pasada de Rumi. También en capítulos posteriores se interpolan historias pasadas, como el relato de la rebelión de Pedro Pablo Atusparia (1885) y la masacre de los indios cashibos, en la selva peruana(1866).
En dicha época estaba en boga el gamonalismo, un sistema de explotación de los campesinos de las haciendas, caracterizado por su baja productividad, su baja rentabilidad, el derroche de fuerza de trabajo y la exclusión cultural de sus peones agrícolas. Los gamonales ostentaban un apreciable poder local y eran los más firmes propagadores de la tesis de la inferioridad racial del indígena, tachándola de vicios que ellos mismos procuraban mantener, como la ignorancia, el consumo de alcohol y de coca. Las comunidades indígenas seguían sin embargo subsistiendo pese a que los gamonales hacían todo el esfuerzo por engullir sus tierras y reducir al indio a la condición de siervo.
Por esa época surge también la corriente indigenista que agrupa a intelectuales que procuran la redención del indígena. Se funda en 1909 la Asociación Pro-Indígena, por Pedro Zulen y Dora Mayer de Zulen, que cuestiona al gamonalismo.
Políticamente es la última fase de la llamada República Aristocrática, que dio pase al Oncenio de Augusto B. Leguía (1919-1930), época en la cual se produjeron muchas rebeliones de indígenas con la subsiguiente represión.

PERSONAJES:

Rosendo Maqui, es el alcalde de Rumi.
  • Don Álvaro Amenábar y Roldán, el ambicioso y desalmado hacendado de Umay, inmensa hacienda que ocupaba buena parte de la provincia. Su padre, don Gonzalo Amenábar, era quien había empezado a expandir la propiedad, enfrentando a otros poderosos hacendados de la zona, como los Córdova.
  • Bismarck Ruíz, un tinterillo contratado como «defensor jurídico» de Rumi durante el primer juicio de linderos.
  • El Fiero Vásquez, es un temido bandolero de la región.
  • Benito Castro, hijo de un montonero y de una comunera de Rumi, fue fruto de una violación. El esposo de su madre aceptó cuidarlo como si fuera suyo, aunque siempre recordándole que era un indio «mala casta». 

 Secundarios:

  • Pascuala, la esposa de Rosendo, fallece muy anciana, al principiar el relato.
  • Anselmo el tullido, un indio inválido que era un eximio tocador de arpa. Rosendo y Pascuala lo crían como a un hijo. Tras el traslado de la comunidad a Yanañahui no soportará el clima muy frío y fallecerá poco después.
  • Porfirio Medrano, regidor de Rumi. Era un montonero azul que se había avecindado en Rumi, casándose con una moza. Conservaba su viejo rifle Pivode, que usaba para cazar venados. Tras el primer despojo, sus adversarios encabezados por Artemio Chauqui logran que se le destituya de su cargo. Vivirá hasta ser testigo del último despojo de la comunidad y morirá defendiéndola.
  • Goyo Auca, regidor de Rumi, muy adicto a Rosendo.
  • Clemente Yacu, regidor de Rumi, se distinguía por su arrogancia y buen sentido, y por su conocimiento de los suelos propicios para determinados cultivos.
  • Artidoro Oteíza, regidor de Rumi. Era blanco aunque sus ancestros habían sido siempre comuneros, no habiendo noticias de mestizaje cercano. El narrador sostiene una posible y lejana ascendencia española.
  • Ambrosio Luma, regidor de Rumi, elegido en reemplazo de Porfirio Medrano. Era gran trabajador, muy sencillo y modesto
  • Artemio Chauqui, era descendiente del viejo Chauqui, un comunero que era recordado por su sabiduría. Sin embargo, Artemio no igualaba al brillo del ancestro. Se muestra adversario de Porfirio Medrano, a quien achaca ser un foráneo. También se opone a Rosendo defendiendo la opción de la resistencia armada tras el primer juicio de linderos. Tiempo después se opondrá también a los cambios implementados por Benito Castro. Representa la defensa de las tradiciones de Rumi frente a la modernidad.
  • Abram Maqui, hijo mayor de Rosendo Maqui. Era un diestro jinete. Su esposa era la Eulalia y su hijo se llamaba Augusto. Falleció durante la epidemia de gripe de 1921.
  • Evaristo Maqui, hijo menor de Rosendo Maqui, era herrero, oficio que aprendió en el taller de Jacinto Prieto. Alcohólico y relajado, murió intoxicado con ron de quemar.
  • Teresa, hija mayor de Rosendo Maqui, ella es la que da un discurso laudatorio durante el funeral de su madre.
  • Juanacha, hija menor de Rosendo Maqui, esposa de Sebastián Poma y madre del pequeño Rosendo Poma. Tras la muerte de su madre, la Pascuala, se traslada a vivir junto con su padre. Vivirá hasta ser testigo del despojo final de la comunidad.
  • Nasha Suro, la adivina o bruja de Rumi, quien predice la desgracia de la comunidad. Su padre había sido un curandero muy célebre, que había sanado a don Gonzalo Amenábar, el padre de don Álvaro, de una fractura grave en la cabeza. Los comuneros esperaban que con sus artes Nasha hiciera algún maleficio a don Álvaro, pero ella termina por confesar su incapacidad para realizarlo. Luego del primer despojo se instala en Yanañahui pero desaparece poco después. No se supo de ella durante mucho tiempo hasta que apareció por el distrito de Uyumi, enfrentando al cura don Gervasio Mestas. Debió morir en edad muy avanzada.
  • Don Gervasio Mestas, el cura del distrito de Uyumi, era un español treintón y locuaz, blanco y obeso. A él recurren Rosendo y los regidores para pedirle consejo ante el despojo sufrido. Don Gervasio se limita a aconsejarles que aceptaran la voluntad de Dios y guardaran sus mandamientos.
  • Arturo Correa Zavala, joven abogado, miembro de la Asociación Pro-Indígena. Aceptará defender a la comunidad durante el segundo juicio de linderos, no cobrando por sus servicios. Vive muy pobremente.
  • El vaquero Inocencio, comunero de Rumi, padre de Tadea.
  • Jacinto Prieto, el herrero de Rumi. No era originario de la comunidad, sino que había venido de otro pueblo, pero había arraigado y se sentía un comunero más. Se ofrecerá para testificar a favor de Rumi en el primer juicio de linderos, pero será provocado por un pleitista apodado El Zurdo a quien golpeará rudamente. Encarcelado por este hecho, tiene esperanza de la justicia y hasta envía una carta al Presidente de la República. Terminará decepcionado. Saldrá de la cárcel merced a un pago de mil soles, dinero que le obsequia el Fiero Vásquez.
  • Augusto Maqui, hijo de Abram Maqui y nieto de Rosendo Maqui, es un joven fornido e impulsivo. Se enamora de una pastora llamada Marguicha. Es enviado a espiar a la hacienda de Umay de don Álvaro, logrando escapar tras matar de un machetazo a un perro guardián. Tras el primer despojo partirá a trabajar a las caucherías de la selva seducido por la paga alta que le ofrecen. Allí será testigo del horrible abuso que los caucheros cometen sobre los nativos selváticos. Quedara ciego debido a un accidente y se unirá a una nativa llamada Maibí. No volverá más a Rumi.
  • Marguicha (diminutivo de Marga), es una joven pastora de Rumi, pareja de Augusto Maqui, con quien se une durante una noche de luna llena, durante la cosecha. Pero Augusto la deja, partiendo a trabajar a las caucherías de la selva. Al final Marguicha se casará con Benito Castro con quien tendrá un niño, a poco de ocurrir el segundo y definitivo despojo de la comunidad.
  • Doroteo Quispe, comunero de Rumi, «indio de anchas espaldas», que era un gran rezador. Se sabía muchas oraciones para determinadas ocasiones, siendo la que más recomendaba la «Oración del Justo Juez» que según él alejaban las desgracias a quien lo repitiera sin cometer el más mínimo yerro. Se hace amigo del Fiero Vásquez. Tras el primer despojo de Rumi se pliega junto con otros comuneros a la banda de dicho bandolero. Tomará venganza sobre Bismarck Ruíz, Zenobio García y el Mágico Contreras. Luego retorna a la comunidad instalada en Yanañahui y será uno de sus defensores durante el segundo despojo.
  • Paula, esposa de Doroteo Quispe. No era de Rumi sino que de otra comunidad lejana. Le acompaña su hermana Casiana. Ambas habían huido de unos patrones explotadores para quienes trabajaban pasteando ganado en la puna.
  • Casiana, mujer que al principiar el relato tiene unos 30 años. Es cuñada de Doroteo Quispe y soltera. Se convierte en amante del Fiero Vásquez. Con él tiene un hijo, llamado Fidel Vásquez.
  • Valencio, hermano de Paula y Casiana, quien junto con ellas se dedicaba al principio a cuidar ovejas en la altura, al servicio de un patrón explotador, quien solía azotarlo cuando se perdía algún animal. Cansado de los abusos, mató a un caporal y se internó en la puna, guareciéndose en cuevas, hasta que fue reclutado por la banda del Fiero Vásquez. Su aspecto era grosero y primitivo y su habla muy primaria. Sin embargo se destaca por su valor y arrojo. Finalmente se sumará a la comunidad instalada en Yanañahui, donde tomará por mujer a una india llamada Tadea. Luchará contra los guardias civiles durante el último despojo, sucumbiendo junto con los otros comuneros.
  • Fidel Vásquez, hijo del Fiero Vásquez y Casiana. Morirá durante el segundo despojo de Rumi, con apenas 15 años de edad y empuñando un arma de fuego.
  • Eloy Condorumi, comunero de Rumi, que junto con Doroteo se suma a la banda del Fiero Vásquez.
  • Jacinto Cahua, comunero de Rumi, uno de los opositores de Rosendo Maqui y partidario de la defensa violenta frente al primer despojo. Su posición es rechazada por la comunidad y junto con Doroteo se suma a la banda del Fiero Vásquez. Fallece poco después durante una lucha contra los gendarmes.
  • Mardoqueo, comunero de Rumi que se dedica a la fabricación y venta de esteras, abanicos y otros utensilios de totora. Enviado a espiar a la casa-hacienda de Amenábar, es descubierto y azotado. Se vengará haciendo caer una galga sobre la comitiva de don Álvaro, lo que causará la muerte al tinterillo Iñiguez. Descubierto, morirá abaleado.
  • Amadeo Illas, comunero de Rumi, que tiene la habilidad de contar fábulas y cuentos. Huye junto con su esposa para escapar de la pobreza de Yanañahui y se interna en la ceja de selva, empleándose como raumador en una plantación de cocales a orillas del río Calchis, atraído por la buena paga. Pero no se acostumbra a la fatigante labor y al mismo tiempo es testigo de la explotación del indígena de parte de patrones y caporales malvados. Su propia esposa es violada por los caporales mientras se hallaba ausente, pero ella no le cuenta nada. Endeudado, huye hacia otra hacienda, cuyo patrón acepta pagar la deuda a cuenta de su trabajo. Tiempo después, su amigo Demetrio Sumallacta le encuentra contando cuentos en la capital de la provincia. Las adversidades no amenguaron pues, su talento.
  • Calixto Páucar, comunero de Rumi, quien tras el primer despojo de Rumi partirá hacia el asiento minero de Navilca, para emplearse como peón de mina. Su llegada coincide con una huelga de mineros a raíz del cual muere víctima uno de los disparos realizados por los gendarmes. Es enterrado como desconocido.
  • Demetrio Sumallacta, joven flautista de Rumi, amante de las aves canoras, es quien incorpora en el relato aires poéticos. Huirá también de la pobreza de Yanañahui, instalándose en la capital de la provincia, donde vive junto con su mujer y su suegro, dedicado a la venta de leña y otros trabajos eventuales. Su encuentro con unos futres (petimetres o presumidos) es relatado en el capítulo XX.
  • Juan Medrano, comunero de Rumi, hijo del regidor Porfirio Medrano. Con su esposa Simona y sus dos hijos Poli y Elvira se traslada a Solma, en la ceja de selva, para emplearse como colono o aparcero de las tierras de un patrón ambicioso, que le requisa casi toda la cosecha dejándole solo la cantidad necesaria para su sustento
  • Simona, la esposa de Juan Medrano. Es una india recia, de caderas y senos prominentes.
  • Adrián Santos, hijo de Amaro Santos, un comunero de Rumi. Su padre era uno de los tantos comuneros que habían nacido fruto de las violaciones de los montoneros en las muchachas de Rumi. Adrián aparece en el capítulo titulado «El maíz y el trigo», todavía niño, sumándose al grupo de repunteros enviados a reunir el ganado. Años después, Adrián parte hacia la costa en busca de trabajo, dejando en Yanañahui a su mujer Casimira Luma. En Trujillo trabaja en obras de canalización.
  • Casimira Luma, llamada familiarmente Cashe o Cashita, es la esposa de Adrián Santos. Es una muchacha dulce. Espera con paciencia el retorno de su esposo, de quien recibe una carta esperanzadora.

Los despojadores y sus cómplices

  • Doña Leonor, la esposa de don Álvaro, quien criaba a sus hijas en la casa-hacienda.
  • Óscar Amenábar, hijo de don Álvaro Amenábar, inescrupuloso como su padre. Gana una diputación para el Congreso de la República y se traslada a Lima.
  • Ramón Briceño, el jefe de los caporales de don Álvaro, quien le guarda mucha confianza.
  • Melba Cortez, la amante del tinterillo Bismarck, era apodada «La Costeña», pues efectivamente, era de la costa. Físicamente era alta, blanca, de edad ya madura y algo gruesa. Había llegado a la capital de la provincia muy delgada y pálida, pues sufría de tisis, pero a decir de ella, el aire serrano la mejoró. Se convirtió entonces en una escaladora social, explotando sus encantos femeninos, y varios notables del pueblo fueron sus víctimas. El último resultó ser Bismarck Ruíz, quien le cedió una casa, ante la ira de su esposa. Convencerá al tinterillo de recibir el soborno de Amenábar, pero fallecerá durante el viaje frustrado de ambos a la costa, sin poder disfrutar del dinero.
  • Zenobio García, gobernador del distrito vecino de Muncha, «un cholo gordo y rojizo como un cántaro». Tenía una destilería de aguardiente y una hija muy bella, llamada Rosa Estela, a quien esperaba casar con un buen partido. Sirve como testigo falso durante el primer juicio de linderos contra la comunidad de Rumi. Por ello, un grupo de comuneros convertidos en bandoleros toman venganza contra él: atacan su casa, destruyen su destilería y violan a su hija. Zenobio perderá su puesto de gobernador pero conservará cierta importancia. Durante el segundo juicio de linderos de Rumi apoyará a los comuneros.
  • El Mágico Julio Contreras, era un mercachifle o comerciante, «cincuentón alto y huesudo, de cara larga y amarilla». Solía llegar a Rumi ofreciendo sus baratijas, telas y zapatos, entre otros artículos, siendo muy hábil para convencer al más regateador de los clientes. Su apelativo de «Mágico» se remontaba a su época juvenil, cuando era malabarista de una compañía de saltimbanquis que recorría el país promocionando su «salto mágico». De esa época lejana gustaba contar una anécdota suya sobre la manera en que engañó al mayordomo de la fiesta de un pueblo, comprometiéndose a dar una función de su salto mortal, para luego fugarse llevándose el dinero de las entradas, sin cumplir su promesa. Sirve como testigo falso durante el primer juicio de linderos contra la comunidad de Rumi. Doroteo Quispe lo captura y se venga arrojándolo a un pantano.
  • El tinterillo Iñiguez, «suma y compendio de los rábulas de la capital de provincia», servía los intereses de Amenábar contra la comunidad de Rumi. Tenía tercer año de derecho en la Universidad Nacional de Trujillo Morirá con el cráneo aplastado por una galga, empujada por el comunero Mardoqueo, al momento de producirse la primera toma de las tierras de Rumi. Su muerte servirá para acusar a Rosendo como incitador de la violencia.

 Otros personajes

  • Alemparte, secretario general del Sindicato de mineros de Navilca. Encabezará una huelga exigiendo mejor pago y seguridades en las labores. Morirá abaleado por los gendarmes.
  • Alberto, obrero del asiento minero de Navilca, quien se hace amigo de Calixto Páucar y se pliega a la huelga de mineros.
  • El viejo don Sheque, veterano minero que gustaba relatar en los salones de Navilca historias antiguas de la mina.
  • El gringo Jack, que trabajaba de mecánico en el asiento minero de Navilca. Influenciado por las ideas socialistas, se suma a la causa de los trabajadores.
  • Lorenzo Medina, sindicalista y propietario de una lancha llamada «Porsiaca». Trabaja en el Callao junto con Benito Castro. Tras explotar su embarcación consigue otro empleo y participa en el paro de obreros de Lima y Callao de 1919, en la cual es apresado.
  • El italiano Carbonelli, amigo de Lorenzo Medina y Benito Castro, pobre y desempleado que vivía en un callejón del puerto del Callao.
  • El loco Pierolista, bohemio cantor y poeta popular, que con sus versos improvisados ridiculizaba a las autoridades y mandones. Le decían «pierolista» pues solía dar vivas a piérola, el caudillo y presidente del Perú del siglo anterior, aunque nunca pudo explicar el motivo de tal adhesión, ya desfasada para la época. Por recitar unas coplas burlescas contra los Amenábar es encarcelado por unos días.
  •  Absalón Quíñez, uno de los presos de la cárcel en donde se halla Rosendo. Cuenta orgulloso haber sido ayudante de un colombiano falsificador de billetes y cómo en otra ocasión estuvo a punto de engañar a un cura con el cuento del entierro o tapado de tesoros, pero fue descubierto y por esa causa se hallaba en la cárcel. Poco después es soltado, y antes de salir dice en voz alta que la cárcel era solo para los sonsos.
  • Los «tres futres (petimetres o presumidos) raros», mencionados en el capítulo XX: un folklorista, un escritor y un pintor, que discuten sobre las cualidades de la raza india.
Apreciación crítica

«Las virtudes descriptivas de Ciro Alegría, su poder evocativo, su aliento telúrico, su capacidad para crear personajes vívidos, un argumento interesante, una sabia conducción de los eventos narrativos, su talento para llevar el drama individual a una dimensión universal, hacen de El mundo es ancho y ajeno una novela espléndida y única dentro de la literatura peruana.» (Ricardo Silva-Santisteban).
«La novela atrae desde la primera página. Alegría emplea un estilo directo, sencillo, elegante y rico en vocabulario y sintaxis. Presenta sus escenas con prolijidad de cineasta.» (Luis Alberto Sánchez).
«El mundo es ancho y ajeno, la obra cumbre de Ciro Alegría, es una gran novela, ancha pero no ajena. Está escrita con una sensibilidad humana auténtica, pero desde el punto de vista indigenista, y no por un indígena.» (José Saramago).
«Como ha sido bien observado por la crítica, Ciro Alegría no escribe novelas de tesis. Su mensaje es muy simple y trabaja con profundidad. Aparentemente menos agresivo que Jorge Icaza, Alcides Arguedas o Miguel Ángel Asturias, el novelista peruano no grita pero convence. Su estilo sobrio, sensible e intenso parece hallarse cómodo junto al alma del indio, cuya fuerza poética logra transmitir en una inusual proeza de simpatía.» (Mario Benedetti).
«…El mundo es ancho y ajeno descuella por su espléndido título y su empeño totalizador, que, a la manera de las grandes novelas realistas decimonónicas, abraza todo el movimiento de una sociedad en un vasto mural narrativo.» (Mario Vargas LLosa).

LA SERPIENTE DE ORO

Ganadora de un concurso literario en 1935, ésta, que fue su primera novela, se originó en un cuento llamado “La Balsa”, transformado luego en novela corta (Marañón), para finalmente llamarse “La serpiente de oro”.

Su estructura no es muy complicada; narra en sus capítulos, que guardan cierta independencia entre sí, la vida de los cholos que habitan a orillas del Marañón. Uno de ellos, que hace el papel de narrador, va contando en forma sencilla las cuitas de la vida del indio, unas veces duras y las mas de ellas trágicas, porque el río crece y se lleva a quienes osan desafiarlo.

Solamente quienes habitan sus riberas comprenden el mensaje trágico y rudo de las balsas solitarias que, a la deriva, transitan por el rio. Todo esto nos muestra que el verdadero protagonista es el Marañón. ‘Serpiente de oro’ es el nombre de ciertos proyectos para explotar sus riquezas auríferas por parte de una compañía extranjera.

La guía espiritual de cada cholo es la voz del río, el cual se presenta desde los inicios de la novela como majestuoso y avasallador en su paso, imponiendo duras condiciones a los hombres. Son relaciones hombre – río – ambiente, donde el hombre se confunde con el ambiente para generar una mezcla imposible y silenciosa.

Se evocan con toda fidelidad las conversaciones de los habitantes del valle, sus afanes y hasta sus fiestas; allí vemos como se conocieron Lucila y Arturo, donde las indias y donde finalmente se desencadenó la violencia.
Se evoca también ese mundo extraño del valle, y los elementos míticos comunes a Hispanoamérica afloran allí: la serpiente, no como elemento tentador sino como espíritu protector que castiga con el veneno de su mordedura a quienes no acatan los principios de la naturaleza; el bandolero, ese desarraigado que se llama Riero y que, como el río, no permanece quieto porque debe vivir huyendo de la justicia, de una justicia sin efecto, representada por la figura amenazante de los gendarmes.
Contexto
Por entonces Ciro Alegría, militante aprista, se hallaba desterrado en Chile, adonde llegara el mismo día en que era asesinado el poeta José Santos Chocano (1934). Los primeros meses los vivió en la estrechez económica y se ganó la vida como traductor y corrector. También consiguió que el suplemento del diario Crítica de Buenos Aires le publicara una vez al mes sus cuentos. La necesidad de ganar algo más lo empujó a convertir un relato suyo de 8 páginas titulado “La balsa” en otro más extenso al que nominó “El Marañón”, el cual presentó al concurso literario convocado por la Editorial Nascimento y auspiciado por la Sociedad de Escritores de Chile. A sugestión de la Editorial accedió a ampliar más su relato y así nació la novela La serpiente de oro, con la cual ganó el primer premio de dicho concurso (1935). El libro le otorgó fama que se consolidaría con sus dos novelas siguientes: Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1941).
Época
Aunque no se menciona explícitamente en la obra la época en que se desenvuelven los hechos, debemos ubicarla en las décadas de 1910 y 1920, al igual que sus otras dos novelas, ya que la recreación novelística de Alegría se concentra en los años de su niñez, época en que estuvo en contacto con la gente y los escenarios mencionados en sus obras, la sierra liberteña y la ceja de selva colindante.

Escenarios

File:Pongo de manseriche.jpg
El río Marañón a su paso por el pongo de Manseriche
El escenario principal de la novela es el valle de Calemar, lugar habitado por cholos cuya principal actividad es la balsería y el cultivo de frutales. Cerca se desliza el imponente río Marañón, que no corta al valle, sino que pasa lamiendo un peñascal que domina el pueblo y que sirve como una muralla natural de roca. El Marañón es la fuente de subsistencia de los calemarinos, así como una vía de comunicación con otros poblados vecinos, situados tanto río arriba como río abajo.
La región donde está situada Calemar es la llamada ceja de selva, entre 400 y 1.000 msnm, que es como un límite entre la región andina y la selva amazónica, específicamente en el extremo oriental del departamento La Libertad. Es una región ya propiamente selvática, cubierta de densa vegetación sobre un terreno accidentado, que se caracteriza por la presencia de numerosos plegamientos y que es atravesado por profundos cañones fluviales. La intensa deforestación que sufren algunas de sus áreas favorece los deslizamientos de tierra conocidos como huaycos o desmontes.

Los Narradores:

Además del Narrador Omnisciente (cuya participación se vislumbra en algunos fragmentos), la novela es relatada por varias voces que toman cuerpo en diversos personajes de la ficción: el cholo Lucas Vilca, el viejo Matías, el hacendado Juan Plaza. Diversos espacios y distintos puntos de vista se desplazan pues para contarnos la vida activa y emocionante de personajes entrañables y sencillos, todo lo cual nos indica que el autor usaba criterios modernos e innovadores en la narración. No obstante, escritores y críticos como Mario Vargas Llosa trataron equívocamente de colocar a esta novela (y otras producidas antes de 1960) dentro del conjunto de la “novela tradicional” o mal llamada “novela primitiva”.

Personajes:

En la obra encontramos una gran variedad de personajes. Cada uno tiene relevancia, pero solo mencionaremos los de mayor importancia en el desarrollo de los hechos.
  • La familia Romero. Asentada en el valle de Calemar y dedicada al transporte en balsa, la pesca fluvial, y el cultivo de frutales y otros productos agrícolas. Lo conforman:
    • El viejo Matías, el veterano jefe de familia, muy locuaz contador de historias.
    • Doña Melcha, la esposa de Matías, igualmente anciana, dedicada a las tareas del hogar.
    • Arturo Romero, hijo de Matías, es un joven que ya tiene su hogar propio, que el mismo construyó a pocos pasos de la casa de sus padres. Su esposa es la Lucinda y tiene un hijo todavía caishita o infante, el Adán.
    • Rogelio Romero, conocido familiarmente como el Roge, es el hermano menor de Arturo. Tiene 20 años. Es fuerte, hábil nadador y muy impulsivo. Morirá tras ser arrastrado por la corriente del río, en el peligroso paso de “La Escalera”.
  • Lucas Vilca, es un cholo de Calemar, vecino de los Romero. Tiene su platanar y su cocal, y vive solo, pues sus padres ya habían fallecido. Se enamora de Florinda a quien hará luego su esposa. Es uno de los narradores de la novela.
  • Osvaldo Martínez de Calderón, ingeniero limeño, alto, blanco y delgado, que llega de pasada a Calemar con planes de explorar la región y formar una empresa explotadora de sus recursos naturales. Soberbio y altanero, ve con desprecio a los cholos pero la necesidad de sobrevivir en medios tan hostiles como la selva y la puna le obligan a adaptarse a las costumbres de la región. Entusiasmado con su plan de explotar el oro de los lavaderos, decide volver a Lima para traer capitales pero muere picado por una serpiente. Deja un hijo en una muchacha de Calemar, la Hormecinda.
  • Juan Plaza, hacendado de Marcapata, ya anciano y con numerosa familia. Hospeda al ingeniero Osvaldo y le aconseja sobre sus planes de exploración (capítulo IV: “Ande selva y río”).
  • Lucinda, la esposa de Arturo, es una mujer del pueblo de Sartín, en las alturas, hija de doña Dorotea. Se destaca por su fina faz, sus ojos verdes, sus senos erguidos y su donosura al bailar. Como todo poblador de las alturas, al llegar al valle de Calemar padece de fiebres palúdicas, pero se recupera. Luego de sufrir muchos abortos al fin tuvo un hijo, el Adán.
  • Doña Dorotea, hospedera del pueblo de Sartín, ya viuda, madre de Lucinda y de un niño menor de edad. Las malas lenguas decían que la Lucinda era el fruto de un amorío que tuvo con un gringo buscador de minas.
  • Florinda, bella chinita de Calemar, hija del cholo Pancho y pretendida por el Rogelio. Luego de la muerte de este termina juntándose con Lucas Vilca.
  • Doña Mariana Chiguala, viuda, ya madura pero aun atractiva, que vive en el fondo del valle de Calemar, junto con su sobrina Hormecinda. En su casa se hospedan los forasteros y otras veces la iba a visitar el cholo Encarna. Ella protagoniza el capítulo titulado “La uta y el puma azul”.
  • Hormecinda, una chinita o muchacha de 15 años, sobrina de doña Mariana. Se dedica a pastear cabras. Tiene un amorío con el ingeniero Osvaldo y producto de ello queda embarazada. Pero el ingeniero morirá antes que nazca el niño.
  • Venancio Landauro, residente de Shicún, poblado situado aguas arriba del Marañón, amigo de los Romero.
  • El Encarna (abreviatura de Encarnación), viejo cholo, contemporáneo del Matías, quien vivía casi al fondo del valle.
  • El cura Casimiro Baltodano, párroco de Pataz, quien es invitado a Calemar durante las festividades religiosas para oficiar las misas.
  • Florencio Obando, el Teniente gobernador de Calemar. Alabado por su prudente gobierno.
  • Silverio Cruz, cholo de Calemar, balsero y agricultor como todos. Perderá su chacra arrasada por el desmonte.
  • El Pablo, cholo de Calemar que mata a otro llamado Martín por una disputa de un palo de balsa. La justicia lo exonera de culpa pues considera que había sido víctima de una provocación. Es contratado como ayudante por el ingeniero Osvaldo.
  • El Julián, cholo de Calemar que junto con el Pablo es contratado como ayudante por el ingeniero Osvaldo.
  • El Riero, apodo de Inacio Ramos, es un corrido o fugitivo de la justicia, que había sido amigo del padre de Lucas Vilca.
  • Don Policarpio Núñez, negociante de ganado, quien llega a Calemar solicitando a los balseros el traslado de sus reses al otro lado del río.
Análisis:
La serpiente de oro intenta revelar interiormente la vida de los balseros del río Marañón. Aunque este objetivo no se logra, pues a la larga resulta evidente la exterioridad de la perspectiva que domina el relato, la novela es una hermosa y profunda descripción de una comunidad tradicional, ciertamente idealizada, y de sus relaciones con la naturaleza. Uno de los méritos de esta obra es que invierte el sentido de la relación-paisaje que por entonces desarrollaba la novela regional hispanoamericana, en la que el ser humano aparecía siempre aplastado por la fuerza de una naturaleza inhóspita e invencible, enfatizando —a la inversa— la capacidad del hombre americano para enfrentarse con ella, para comprenderla y dotarla de sentido, para aceptarla, en fin, como morada digna de su existencia. En la novela el río es símbolo de esta naturaleza; y el esforzado acto de cruzarlo, que los balseros realizan diariamente, a veces pereciendo en el intento, representa, también en un plano simbólico, el sentido de la existencia: un acto esencial, donde hombre y paisaje convergen, bajo el poder del Destino. De lo anterior se desprende que La serpiente de oro tiene escasa resonancia social y un déficit insalvable: en su universo la historia no existe. El tiempo se ritualiza en la reiteración de ese acto esencial, único e intrasformable (Antonio Cornejo Polar).

Estilo:

Si se la analiza con objetividad, se ve que en ella lo menos importante es el argumento, más aún, podría decirse que el argumento no existe. El libro está integrado por una poemática yuxtaposición de episodios, de fragmentos, en torno de una misma región y de unos cuantos tipos a quienes liga un destino común. El verdadero protagonista es el río Marañón… Alegría imprime a su narración un tempo de cinematógrafo, no obstante la aparente morosidad de los diálogos y las lentas reacciones de los individuos. La naturaleza es lo más dinámico en el libro. Y lo es sin que el autor se lo proponga, sin que se encarnice en los pormenores. Hace brotar las imágenes y las sensaciones correspondientes, del sencillo coloquio entre las gentes y lo que ellas van descubriendo a medida que avanza el diálogo, la canción novelesca siempre en las márgenes del gran río. La Serpiente de Oro podría considerarse, con más propiedad, un poema en prosa; cada capítulo es como un ente autónomo. El lenguaje revela una bien hallada vocación poética, un profundo sentido de la propiedad y eficacia de las palabras. Los adjetivos de Alegría son de rara precisión y colorido. Se advierte que el escritor tiene ojos para el color, no para las formas: nos hallamos ante un pintor, no ante un escultor. Y, en cuanto al ritmo, posee el oído certero de un cazador, fino y perspicaz. No es la suya una melodía polifónica, Wagneriana. Alegría es como un tocador de guitarra y quena. Descarta de su prosa, tercamente, toda altisonancia, así como también todo extremo trágico. Parecería indicar, en cada capítulo, que todo se puede contar y decir, inclusive lo amargo y lo sucio, con buenas maneras, con un lenguaje estético que llegue al entendimiento y al corazón (Luis Alberto Sánchez).

LOS PERROS HAMBRIENTOS

Argumento de la Obra

Ciro Alegría empieza describiendo la vida cotidiana de una familia campesina de pastores y agricultores andinos en la serranía norte del Perú, entre el páramo andino y la cordillera, y termina devolviendo la paz perdida por la sequía, en donde el hombre desempeña un papel pasivo frente a los designios de la naturaleza.
Todos los elementos de la novela, la naturaleza, como los animales, como las personas, son crudos. Hay que desafiar una prolongada sequía.
Cuentan historias sobrecogedoras y trágicas como la del cura que enloquece de amor y en vez de dejar en la paz del sepulcro a su amada, la desentierra, desgaja su cuerpo y con una canilla construye una quena que toca enloquecido hasta morir junto al cadáver putrefacto. Se desata una bella, pero también trágica, descripción de una tormenta andina, llega la noche y, con ella, la angustia, en medio de la oscuridad, de ser asaltados por pumas y zorros.
Si la naturaleza es inmisericorde, el hombre no le va a la zaga. A un campesino la gendarmería lo arranca del hogar para enrolarlo en el servicio militar obligatorio y no regresa nunca. Cuando llega la sequía, su esposa va en busca de comida y deja a su hijo al cuidado de un perro y de una oveja. Esta es robada una noche y, al no retornar la madre, el niño se echa al camino y muere de hambre, mientras el perro lo salva de ser devorado por los cóndores.
Un indio expoliado de sus tierras, llega hasta una imagen católica sagrada y quita de la mano de la efigie unas pocas espigas que la adornaban para comérselas crudas, en medio de su atormentada conciencia. Otro día su hija encuentra los despojos de la oveja que unos perros han comido y se los lleva a su casa y aunque con ellos alimenta a su familia momentáneamente, muere también con el estómago vacío.
Las pequeñas desgracias aproximan a la más grande de ellas, la sequía y el hambre. Ante la desesperación, los hombres se mataban en las tomas de agua disputándose a tiros y puñaladas el escaso caudal que lograba reunir el río. Los perros al ser condenados a media ración de alimentos por sus dueños empiezan a vagabundear de noche en busca de comida. La encuentran en las jugosas mazorcas de maíz en una chacra del hacendado, pero los propietarios les tienden una trampa y mientras uno de ellos cae atrapado por una gran piedra otros son cazados a balazos.
Ante la furia de la naturaleza, el hombre ahoga con sus propias manos a los cachorros recién paridos por su perra, roba las semillas y las esconde porque no importa que la gente muera de hambre: lo que no debe morir nunca es la semilla.
Pero las calamidades naturales no atacan a todos igual. También aquí hay clases sociales, incluso entre los perros. Aun cuando la sequía vuelve peligrosos, vagabundos y hambrientos a todos los perros de los campesinos y en su mayoría terminan muertos, la suerte de los canes de la hacienda es diferente. En primer lugar disfrutan de una condición de privilegio, no se sabe si la comida les escasea, pero sí se oyen de vez en cuando sus ladridos altaneros y prepotentes. En una clara toma de partido por los perros pobres, Alegría siempre pinta a los otros como asesinos.
Los hambrientos acuden a la casa del patrón y le exigen desesperadamente algo de comida y que, por favor, el encargado del cementerio no les cobre por los entierros para que las almas de los difuntos, que crecen día a día, se puedan salvar. El patrón, dice que no puede meterse en las cosas de la iglesia, ni tampoco darles comida, porque no queda nada, ante lo cual deciden invadir la despensa. Les recibe una descarga de balazos, tres campesinos caen acribillados y los demás huyen.
Pasan largos meses hasta que llega la lluvia. Han muerto muchos hombres y muchos perros, pero la vida renace y un campesino superviviente rescata las pocas semillas que ha arrancado al hambre. Con la lluvia vuelve de nuevo la vida y, sobre todo, la comida.
            
Tema Poético:
La novela aborda el tema del hambre y su influencia entre los hombres en su relación con la naturaleza y con los animales, simbolizados éstos en los perros. Como los humanos, también los perros se vuelven malos ante el hambre y hasta llegan a odiarse, matarse y devorarse entre ellos. El hambre atrapa y desquicia todas las vidas, enfrentándolos con gran crudeza: "Comenzaron a deslindarse fronteras entre hombres y animales, entre hombres y hombres, y animales y animales. Este fenómeno lo conocen bien los gobernantes y patrones -amos de calibre mayor-".
El gran drama de Los perros hambrientos es también la tierra, despiadada si se cierran las compuertas del cielo para quienes no tienen otra forma de riego que aguardar, sólo desafiar una prolongada sequía con los ojos al cielo, la primicia de la bondad ecológica, lo que no ocurre con los gamonales que tienen las acequias.
El paisaje que describe es inclemente, lóbrego y despiadado por el rigor de la naturaleza.
Un cura que muere de amor, un santo que no hace milagros.
Aparecen los típicos bandoleros que tanto gustaban a Alegría, que también tienen un trágico final, cercados por la policía y envenenados.
Ante la sequía, el estado desaparece. Ciro Alegría se vale del subprefecto, la máxima autoridad de la provincia, para lanzar una feroz crítica a la oligarquíaPero sobre todo, la novela aborda el tema del HAMBRE.

GENERO LITERARIO

Género Literario: Narrativo
Porque relata acontecimientos reales o ficticios, desarrollados en un determinado tiempo y lugar.
En "Los Perros Hambrientos", Ciro Alegría relata el hambre, la sequía, la vida dura del campesino de la sierra norte de nuestro país.

Especie Literaria: Novela
Porque es una obra de imaginación en prosa, de extensión considerable que desarrolla una acción determinada y muestra la evolución de los personajes.
En la obra "Los Perros Hambrientos", los personajes principales son los campesinos y los perros que se desenvuelven en un ambiente agreste, hostil, duro, de HAMBRE.

Mensaje de la Obra
El mensaje de "Los Perros Hambrientos" es LA DESIGUALDAD SOCIAL Y ECONÓMICA.
La desigualdad abismal que existe entre el campesino y el gamonal.
La desigualdad para enfrentar los embates de la naturaleza; el pobre enfrenta la adversidad de manera dura, sufrida, con hambre, con dolor. El pudiente enfrenta la adversidad de manera diferente; se puede decir, que hasta con cierta tranquilidad.
Las calamidades naturales no atacan a todos por igual. También aquí hay clases sociales, incluso entre los perros. Aún cuando la sequía los vuelve peligrosos, vagabundos y hambrientos a todos los perros de los campesinos y que en su mayoría terminan muertos, la suerte de los canes de la hacienda es diferente. En primer lugar, disfrutan de una condición de privilegio, no se sabe si la comida les escasea; pero, sí se oyen de vez en cuando sus ladridos altaneros y prepotentes. En una clara toma de partido por los perros pobres, Alegría siempre pinta a los otros como asesinos.

PERSONAJES
En la obra de Cirio Alegría encontramos una gran variedad de personajes tanto humanos como perros. En cierta forma cada uno tiene relevancia, pero los de mayor importancia en el desarrollo de los hechos son los siguientes:

PERSONAJES PRIMARIOS:
Simón Robles : el es el padre de Vicenta, Timoteo, Martina y Antuca. Él gusta de tocar la flauta y la caja además de poner nombres a las cosas .Entre ahí se cuentan los más curiosos apelativos como los puestos a su caballo “Cortaviento” y a su gallina estéril “Poniaire”.
Simón es un hombre que gusta de contar diferentes tipos de cuentos que contienen un cierto tipo de enseñanza Tomemos por ejemplo el cuento que explica la razón del nombre de “Pellejo y Hueso” en donde una anciana llama así a sus perros y gracias a esto logra llamarlos indirectamente y así defenderse de un ladrón. En esta historia se nota claramente su lenguaje semihispano y de influencia indígena con varias faltas de ortografía . Aquí encontramos palabras como “taba” en lugar de estaba y contracciones como “......yastoy muy vieja....” .
El es un hombre juguetón que le agrada hacer reír y bailar a la gente con su flauta. Es serio en cuanto a las medidas que se deben tomar, por ejemplo al ver que Wanka se come una oveja no duda en castigarla. Pero a la vez es piadoso pues deja entrar a su casa a la familia de Mashe , aún cuando la comida escasea y por otra parte perdona a la infiel Wanka , a la cual deja regresar .

Wanka: es la madre de las generaciones de los afamados Perros Robles entre los que se cuentan Güeso, Pellejo, Mañu etc... El papel de esta hembra pasa a reproductor de perros. Pero es en el tiempo de sequía en donde se muestra infiel hacia sus amos. Ella mata una oveja rompiendo todo tipo de enlace que tenía con ellas desde cachorra. A causa de esto es la única de entre los afamados perros que comete tal falta. Es puesta en exilio por tal pecado y se le prohíbe regresar a su hogar.

Finalmente cuando las lluvias regresan Simón decide perdonarla .

Mañu: es hijo de Wanka y hermano de Güeso y Pellejo. Es llevado a casa de Mateo esposo de Martina y padre de Damián. Cuando Mateo es llevado a hacer servicio militar el asume un gran compromiso que es el de cuidar a los otros miembros de la familia . Se vuelve poco a poco en un protector, pues acompaña a Damián a cuidar el rebaño incluso ampara a Martina en su abandono siendo una fuente de confianza al llamarlo cuando ve una gente extraña aproximándose. El perro es en verdad listo pues se da cuenta de el rol que tiene que asumir según narrado por el autor (Pág. 35) y demuestra su valor y fidelidad al defender el cadáver de Damián frente a un fuerte rival carroñero

 Julián Celedonio: es el afamado bandolero que roba ganado junto a su hermano Blas. Él es un personaje bastante interesante .Debido a un conflicto que tuvo con su patrón (el patrón lo acusó de ladrón) él tuvo que matarlo y así empezaron sus días de criminalidad. No obstante siendo bandolero es capaz de ganarse el afecto de Güeso. Julián tiene que azotar a Güeso pues no quiere caminar , sin embargo cuida de las heridas provocadas por el látigo además de su alimentación, así ganando la confianza del animal. Incluso se refiere a Güeso con palabras como “Güesito” .Incluso piensa en el bien de la amistad entre su perro “Güenamigo” y el nuevo integrante.

Esto nos dice que el a pesar de sus actos hay un cierto bien en su corazón.

Él es un hombre que vive siempre al filo del peligro, esperando las emboscadas que tiene preparado el Culebrón su peor enemigo. Tenemos el ejemplo al final del capítulo VI, en donde es esperado en la casa de Elisa con la cual tiene un amorío. En este caso Güeso logra advertirle y así escapa.

Tiene sin embargo un final atroz en el cual el culebrón lo embosca, y así logra que se introduzca en una cueva. Allá permanece por mas de una semana sin comer con su hermano Blas. El Culebrón se retira y por el hambre come una papayas que están a su alrededor, éstas fueron envenenadas y el muere.

A él como la mayoría de los pueblerinos se le notan varios errores gramaticales cuando habla (Pág. 61)”....que seyan hermanos...”.

Güeso: hijo de Wanka y hermano de Pellejo, Mañu. Este animal surge un cambio muy importante a través de los acontecimientos. Primero se encuentra como cualquier perro ovejero de la familia Robles, ayudando a Antuca y a su hermano y madre a conducir el gran rebaño. De pronto es apartado de sus seres queridos y de su mundo. Claro que se niega rotundamente al principio, incluso por su actitud es azotado y asfixiado con una soga .Tiene un intento frustrado de escape y se da por vencido . El presenta un odio claro y firme frente a esa persona (Julián Celedonio) que le quito su modo de vida. Pero surge un cambio radical en él, pues ve que este “humano” realmente se preocupa por él y lo atiende como un miembro de su familia. Trata las heridas con medicina y lo alimenta regularmente. Llega el momento en que tiene que decidir entre sus dos vidas . Éste llega cuando después de encariñado con Julián ve a la Antuca, ahora no tiene soga al cuello y puede escapar fácilmente, pero decide quedarse como perro de Bandolero. Es una gran contribución hacia la banda d los Celedonios pues sus ladridos advierten las emboscadas de algún tipo de enemigo . En sus últimos segundos de vida ejecuta un acto de valentía máximo donde se expone entre el Culebrón y Julián para recibir un balazo y así acabar.

Don Cipriano Ramírez: hacendado, que tiene un hijo llamado Obdulio y vive en la hacienda de Páucar . Es patrón de Simón Robles y dueño de la mayoría de las tierras. Don Cipriano es un hombre generoso cuando tiene la posibilidad. El narrador nos da a conocer que el ayuda de vez en cuando a peones cuando éstos están desesperados , disimulando una actitud especial con cada uno. Como la mayoría de los personajes, sufre intensamente el periodo de sequía y se siente mal al no poder dar consuelo a los aldeanos.

Sin embargo el no duda en defender lo que es suyo, pues al rebelarse los aldeanos entre ellos Simón , no duda en dispararles para hacerlos retroceder.

Personajes secundarios:

Zambo: él es el hermano de Wanka y al igual que ella fue dado a las ovejas para lo amamantaran y cuidaran del él. Éste perro no tiene un rol muy importante ya que en él no surgen cambios tan drásticos como en Güeso. Sin embargo al igual que muchos tiene un trágico final al igual que muchos, pues es muerto por el hambre y comido por su compañero mas joven Pellejo.
Damián: él es el hijo de Martina Robles, Mateo Tampu. Es un niño simple que sufre al igual que todos la desgracia de la cosecha. En su caso es abandonado por una Madre que se pone en busca de su esposo. Junto con Mañu y una oveja queda solo en su rudimentaria casa. Al no poder matar la oveja por la muerte de su vecina este niño muere de hambre y sus restos son defendidos por Mañu son recogidos por Rómulo Méndez.
Martina : Madre de Damián, se encuentra en una gran desesperación a ser su marido llevado por gendarmes para hacer el servicio militar. Por lo que podemos ver es una madre descuidada ya que se lleva al hijo mas chico y deja a Damián solo. Ella va con los padres de Mateo a ver si con ellos encuentra comida y deja al hijo para que reciba a su padre si es que regresa. No se sabe mas de ella al momento en que parte.
Mateo : el adopta a Mañu y lo lleva a su casa . Él tenía una vida sencilla pero feliz con su esposa pero todo cambia cuando es llevado por la fuerza por los militares. En cierto modo él es muy inocente pues no sabe que es lo que en verdad quieren los señores que lo reclutan. Al momento de su partida solo deja la promesa de su regreso que en la obra nunca se cumple.

Estructura.
La obra los “Los Perros Hambrientos “ es una novela con 169 páginas divididas en 19 capítulos y un Vocabulario La estructura de la narración es un poco complicada al igual que la línea de acción.

El narrador empieza por darnos una imagen de lo que es en un tiempo presente de la vida de los Robles dando a conocer la situación en la que viven. Por ejemplo se nos dice que Antuca pastorea un gran rebaño de ovejas, ayudada por cuatro perros Zambo, Wanka, Güeso y Pellejo. Todos tienen que comer y son muy felices por lo que poseen.

A continuación se nos relata la historia de cómo llegaron Zambo y Wanka a la casa de los Robles y porque son tan buenos perros. En este punto la acción de primer capítulo se rompe y se orienta al pasado.

La línea del tercer capítulo se rompe y se introduce la historia de una de las Hijas de Simón , Martina. Esto en base a que su esposo Mateo se lleva al uno de los hermanos de Güeso y Pellejo.

Después de no aclara los ciertos peligros y el ambiente en que se vive en la hacienda de Páucar, por ejemplo las panteras y otros animales salvajes que matan el ganado.

Y es hasta el capítulo V donde el presente vuelve a continuar. Es decir la historia continúa en donde hay cierto grado prosperidad. Sin embargo la historia da un giro , donde está prosperidad se transforma en ansiedad y dolor, al ser raptado Güeso.

El dolor continúa en los siguientes capítulos, donde el autor nos relata varias historias cortas de que pasa con cada personaje. En la mayoría de los casos muchos tienen finales trágicos como Zambo que es comido por su compañero Pellejo. Y así hasta llegar al punto de prosperidad donde la sequía por fin termina.

Espacio:
La mayoría de las acciones se efectúan en Perú en la pequeña región de Cañar en la hacienda de Páucar.

Ahí se encuentra la casa de de los Robles, según la descripción en la falda de un cerro rodeada de plantíos . La cual estaba en las cercanías de otras pequeñas casas circundadas al igual que ella por otros plantíos de diferentes colores.. Y no muy lejos se encuentra la casa de Don Cipriano, que es un gran caserón de tejas rojas entre muchos árboles.

Las casa pequeñas alrededor del cerro pertenecen a la mayoría de indígenas que forman gran parte de la población en la región.

Toda esta zona esta surcada por quebradas , cubiertas por arbustos y árboles verdosos.

El clima es caluroso pues lo podeos observar cuando Julián Zeledón y su hermano son arrinconados a una cueva. El calor los hace sudar y tener mucha hambre.

En cuanto a las personas se habla d un mestizaje en la región de Perú , donde las mezclas son muy variadas pero donde prevalecen las mezclas indígena-español.

Podemos observar la descripción de Simón

“...Era un cholo cetrino, cuya faz de rasgos indios estaba pulida por el torrente hispánico...”(Pág. 41)

Claramente encontramos en toda la obra dos tipos de ambientes reinantes.

El primero es un ambiente de prosperidad y de fraternidad entre humanos y perros donde la comida es abundante.
La Antuca y los suyos estaban contentos de poseer tanta oveja. También los perros pastores. El tono triste de su ladrido no era mas que eso, pues ellos saltaban y corrían alegremente...”(Pág.1) .
Un aspecto muy importante que hay que mencionar es que la fidelidad en este campo es indudable, pues al momento en que la Antuca pidiera algo a los perro, éstos la obedecerían en todo lugar y momento. Era tanta la alegría que llevaba a Antuca a cantar.

Hay comida incluso para alimentar cuatro perros, es decir alimentar a otros cachorros pues el rebaño de ovejas es muy grande .

La situación es buena y todos los perros hijos de Wanka son vendidos e incluso cambiados por ovejas .

Podemos observar como el autor describe el sentimiento de felicidad departe de dos de las integrantes de la familia Robles Antuca y Vicenta.

Formas Narrativas
La narración en “Los Perros Hambrientos” es muy completa ya que se usan varios medios para integrar, en una cierta forma, al lector.

Usa varias formas de mantener al lector entretenido, así la narración no solo es una simple prosa. Él autor incluye en su narración diálogos cortos y descripciones muy extensas. Veamos el ejemplo que sucede con Simón Robles, aquí podemos ver que el narrador incluye a otros narradores como lo es él para darnos una imagen de cómo es la sabiduría de estas personas y en que se basa sus creencias.

Incluso como ya hemos dicho, se mete en la cabeza de algunos personajes dando la sensación al lector de que está presente en la acción. Por ejemplo al momento en que nos narra los sucesos de Güeso con Julián Celedonios muestra una terquedad al ser jalado por todo el camino.

Formas expresivas:
Cabe mencionar que en la narración, se usan varios recursos para dar un cierto interés al acontecimiento. Encontramos aquí metáforas, paralelismos anáforas e imágenes.

Por ejemplo:
“...La culebra de cuero se ciñó a su cuerpo en un zurco ardoroso y candente, punzándole al mismo tiempo con una vibración que le llegó hasta el cerebro como si fueran mil espinas ...” (Pág. 56)

Lo anterior es una imagen que nos da una descripción del terrible dolor que sufre el pobre animal al ser azotado por Blas Zeledón . La culebra de cuero sería el látigo que se mueven en el aire como si fuera una animal mortífero de malvado aspecto. También debemos notar la adjetivación que se encuentra en la imagen, “en un zurco doloroso y candente demuestran que tan fuerte y que tan doloroso es en sí el golpe.

Temas e ideas principales

En la Novela se hace eco de la problemática más profunda del hombre peruano, para quien, desde tiempos remotos, la tierra y el agua son lo más sagrado y de ellas depende tanto la economía como las relaciones humanas. Un drama en el que se dan cita el hombre y la tierra, la sequía y el hambre, y donde los perros son humanizados y su existencia tiene lugar en un mundo paralelo al de los humanos. El mismo hace una referencia de la raza de los perros al ser tan mezclada como la del hombre peruano.

Claramente vemos que los perros son compañeros del hombre, están con él para proteger su rebaño y cuidar de sus familias. Al igual que los humano ellos tienen sentimientos por los que son los suyos. En algunos casos como el de Mañu, donde el animal asume el puesto del padre al cuidar a Martina y Damián , y lo mas interesante s que el animal se percata de esto y con orgullo acepta esta difícil tarea la cual cumple incluso la muerte de Damián al cual protege de ser engullido por un carroñero. Otro símbolo de compañerismo es apreciable en la relación entre Güeso y Julián Zeledón. Al principio, la terquedad del perro la hace difícil, pero el amor que demuestra Julián por el perro hace que cambie. Es tanto el cariño del perro que le toma al humano que da la vida por él al tratar de protegerlo.

El ser Humano al igual que el can son atormentados por la sequía la cual los obliga a hacer actos que van contra sus valores. En el caso de los animales vemos como Wanka rompe el lazo maternal que tiene con las ovejas al matar y comer a una . Esta acción hace que rompa el amor de sus amos, y en ves de ser un compañero se vuelve en un enemigo de la familia.

En el caso del humano, los peones se revelan en contra del hacendado Don Cipriano por el hambre y ansiedad que éstos tienen, y a pesar que el Don Cipriano es un buen hombre tuvo en ese caso que matar incluso a tres hombre y así ahuyentar a los indígenas.

Tanto el hombre como el animal están a la merced de la naturaleza, ésta controla su estado de ánimo y actitudes.

En la novela se da una vista al granjero peruano de esa época, cuya sabiduría cultura era transmitida oralmente en base a cuentos que contaban los jefes de familia, y aunque de alguna forma es inocente tiene cierto grado de verdad.

El peruano es una persona que a pesar de estar en situaciones malas es capaz de brindar apoyo a los suyo como Simón que no obstante teniendo poca comida alberga a Mashe para que pudiera tener un techo donde vivir.